“La vida es como un terremoto”.
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En algún lugar de un gran país escuche la frase “yo soy el problema y yo soy la solución”, lo que yo entendí de esta oración es que “Las decisiones que tomé serán las que me harán fracasar o triunfar”.
Son frases que muy pocas veces se impregna en tú cerebro y comienza a crear un sin fin de estímulos positivos que nos impulsan a hacer algo que cambiara nuestras vidas por completo. Es importante conseguir la Superacion Personal ya.
Mi madre siempre dice que en el mundo solo existen dos tipos de personas, los que fracasan y los que triunfan. Sé que es un dicho muy radical pero tiene mucho de cierto porque fracasado no es aquel que invierte y no gana, sino es aquel que no tiene un plan B bajo la manga. Sin embargo, el triunfador no es aquel que levanta el trofeo, sino es aquel que tiene un plan B hasta la Z.
Consejos de Superacion Personal.
Todos sabemos que ante un sismo o terremoto debemos tener una mochila de raciones que nos ayudara a sobrevivir, pues la vida es igual que un terremoto, nos obliga a tener una mochila de planes las cuales utilizaremos en tiempo de problemas.
Pero cuando el terremoto azota nuestro plan A, los que fracasan se ponen a llorar y prefieren que la solidaridad de las personas los ayude a levantarse. Sin embargo, los triunfadores trabajan mucho más de la jornada laboral para levantarse y seguir la carrera que los llevara al éxito; si el plan A los fallo, entonces comienzan a aplicar los otros planes hasta lograr su levantarse.
Nosotros no nacemos fracasados, no hacemos; tampoco nacemos triunfadores pero en el camino nos convertimos en triunfadores. Analiza los siguientes puntos y descubre si eres un fracasado o triunfador.
¿Eres fracasado?
- Duermes más de lo que lees en tú tiempo libre.
- Usar las redes sociales solo para chatear.
- Vives la vida loca.
- Prefieres vivir el presente y olvidarte del futuro.
- Estudias porque tus padres te obligaron.
- No te interesan las críticas.
- Te conformas con lo que tienes en casa.
- Prefieres estar soltero (a) para no tener responsabilidades.
- Ves la televisión solo por diversión.
- No te ejercitas.
- Disfrutas comer comida chatarra en exceso.
- Almorzar utilizando el celular.
Siempre nos han enseñado, por lo menos a mí me enseñaron que fracasar no es malo porque te motiva a combatir la vida; solo les informo que nadie más que uno mismo experimenta el fracaso y no nos gustaría fracasar 10 mil veces hasta por fin triunfar cuando ya tenga una edad en la que no pueda disfrutar muy bien mi triunfo.
No podemos enfrascarnos en la idea de ¡sigue intentando!, ¡no te rindas!, etc. No tenemos por qué esperar tanto tiempo para triunfar, tenemos las armas para lograr nuestras metas. El tiempo no nos está esperando, al contrario avanza como si fuera un envidioso, es hora de quitar de nuestro diccionario la palabra fracaso, porque solo nos consume como si fuera un cáncer maligno que en cualquier momento terminara destruyéndonos.
Es hora de decirle a mi madre que en nuestra generación siguen existiendo dos tipos de personas; los que triunfan y los que seguiremos triunfando.
¿Eres un triunfador?
- Tomo mis propias decisiones, sean acertadas o no.
- Soy el problema y soy la solución.
- Utilizo las redes sociales con astucia e inteligencia.
- Tengo la libertad de elegir.
- Todo tiene su tiempo.
- Me baño en aceite para el pesimismo.
- Tengo más enemigos que amigos.
- Tengo límites.
- Me divierto con precaución.
- No cambio mis sueños por dinero.
- Tengo claro que la inteligencia tiene límites, más no la imaginación.
- Conozco mis fortalezas y debilidades.
- Aplico mis habilidades en la vida cotidiana.
- 14 Soy amigo y enemigo de mí mismo.
Tengo la libertad de elegir
Si ya descubriste que eres un triunfador comienza a reconstruir lo que fue derrumbado por el terremoto al que no estuviste preparado. Todos tenemos la capacidad de levantarnos a pesar de los daños que nos hayan causado los desastres de la vida. No esperes una oportunidad más, porque el tiempo no te está esperando, pues no tiene la paciencia para hacerlo.
Es hora de borrar de nuestro chip la idea de que no nacemos triunfadores porque si seguimos pensando en lo que me dijo tal o cual persona, siempre estaremos enfrascados en lo común y seremos parte del montón y no es eso lo que queremos. Solo nosotros y nuestra voluntad nos levantara de la caída durísima que nos dimos cuando estábamos ciegos y nos sentíamos fracasados.
Siempre es el mejor momento para comenzar de nuevo, debemos luchar para mantenernos con vida, no queremos caer más porque las caídas duelen. Historia anónima Nombre para proteger la identidad: Martín Martín, tiene 23 años y estudia Arquitectura en una universidad particular de Huancayo.
Cuando Martín tenía 18 años se volvió adicto a la marihuana, su madre quien es maestra no pudo ayudarlo porque sintió que desde aquel día en que el padre de Martín la abandono, ella no tiene autoridad para manejar la casa.
La madre de Martín se consideraba fracasada porque no había podido sacar del vicio a su hijo; a pesar de que hizo hasta lo imposible por ayudarlo no lo había logrado. Así que, con el dolor de su corazón decidió sacar de su casa a Martín porque tenía miedo de que su hijo de 13 años adopte la misma actitud de Martín.
Pasaron tres años desde que Martín desapareció de la vida de su madre y su hermano. En el mundo de Martín no existían sueños, metas, esperanza, esfuerzo, triunfos ni fracasos; él vivía su vida con una sustancia que lo mantenía vivo en un mundo de fantasías donde todo se ve cool como dice, pero llego aquel día en que se comenzó a inyectar droga.
Su adicción parecía ser incurable. Su madre lloraba todos los días, sin consuelo y llego el día en que matricularía a su hijo menor en una universidad particular y la secretaria al ingresar los datos de su hijo le comento a la señora que tenía un hermano inscrito en la carrera de Arquitectura y que ya estaba cursando el segundo semestre.
La mamá de Martín no lo podía creer, ya que ella había perdido contacto con Martín, pero espero en coordinación y la secretaria mando a llamar a Martín. Él se encontró con su madre y estaba totalmente cambiado, le dijo a su madre que él se estaba educando solo y que en algún momento de su vida se dio cuenta que era un fracasado.
Martín se arrepintió tanto de haber perdido 3 años de su vida por una sustancia que solo lo llevo al fracaso, nunca pensó que la vida era mucho más que las drogas. A sus cortos 23 años él es independiente y brinda charlas a personas que sufren de adicción. Lo más importante es que Martín se siente un triunfador porque no todos pueden curarse de una dicción por si solos y él lo logro.
Martín no permitió que el terremoto destruyera, pues se levantó y reconstruyó su vida.
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